En la época prehispánica, como capital religiosa, fue el más importante centro ceremonial de los purhépechas.
A su llegada, Don Vasco de Quiroga, trasladó el Obispado de Tzintzuntzan a Pátzcuaro, convirtiéndolo en la capital de Michoacán (1539 – 1580).
Es uno de los pueblos típicos más bellos de América, sus magníficas construcciones de adobe y teja y sus monumentales templos, y su espectacular Plaza Vasco de Quiroga la convierten en uno de los principales centros turísticos de la república mexicana.
Los alrededores del Lago de Pátzcuaro y sus Islas se encuentran habitados, por la comunidad indígena que conserva gran parte de sus costumbres y tradiciones.
Sus pescadores son conocidos mundialmente, por las redes en forma de mariposa que utilizan para pescar el delicioso pescado blanco hoy en extinción.